iglesia mozarabe de santiago de peñalba
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景点印象
The thousand-year-old chapel of Penalba de Santiago is sacred to the people of the Bierzo region. Perched at the very top of the remote Valley of Silence, its Mozarabic arches, darksome interior, and faded frescos echo generations of monks and hermits... and now Spanish tourists and holidaymakers, too. It is a wonderful thing this little place survived the centuries, but it's been restored to within an inch of its life. I would give it five stars, but the floors are boxed-over with wood, and hand-rails protect the walls from grubby fingers -- sadly, the measures taken to save the structure severely subtract from its identity as a church. Statuary is shoved to the sides, pews are gone, and bulky spotlights add to the industrial feel inside. If you arrive on Monday or Tuesday when the government guide is not there, ask the lady at the tavern across the way and she will open it for you. (She will also massively overcharge you for simple food and rough wine -- her place is a classic tourist trap.) If you go all the way up to Penalba and you are reasonably fit, be sure to walk the trail to the Cave of San Genadio. That's where the real mountain-hermit vibe is most alive, and it doesn't cost a cent.
Contar con una portada mozárabe del s.X en pleno Valle del Silencio es un lujo que no se puede permitir todo el mundo. Y si, además, su acceso es gratuito, estamos hablando de todo un privilegio. El único precio que se paga es el acceso a través de una carretera llena de curvas que, por suerte, ha sido asfaltada y mejorada hace tan sólo unas semanas. Además, hay que tomársela con filosofía y disfrutar del paisaje y de los pueblos que se pasan hasta llegar a Peñalba.Hay que añadir que el pueblo cuenta con dos restaurantes, varias rutas de senderismo y alojamiento, por lo que se puede pasar una estancia muy tranquila lejos del "mundanal ruido". La portada de la iglesia, el encanto del pueblo, su paz y la naturaleza que lo rodea logran un estado de bienestar difícil de conseguir en otros puntos del país. Una experiencia genial.
Sigue siendo una joya enmarcada por una Naturaleza espectacular. Pero nada mejora el disfrute de la tranquilidad que ofrece el lugar, sobre todo realizando un paseo por cualquiera de las sendas (de más o menos dificultad) y pernoctando en alguno de los seis alojamientos rurales disponibles: la mejor píldora anti estrés.La carretera con asfaltado reciente y quitamiedos en todo su trayecto hace que desde Ponferrada se acceda a Peñalba en media hora, yendo con la tranquilidad que exige disfrutar del camino.¡Muy recomendable!
Este local foi-nos indicado na oficina de Turismo, indicado como um sítio de "peace&love"! E na verdade, ficamos deslumbrados pelo envolvente. A estrada é estreita e cheia de curvas, uma viagem de cerca de uma hora. A igreja está localizada numa aldeia com casas rústicas, um sítio bem típico de montanha. Vale mesmo a pena. A igreja tem horário de abertura como a maioria dos monumentos em Espanha e alguém para vos informar sobre a arte e história da mesma. Um sítio obrigatório de visita!
Bellísima y misteriosa iglesia mozárabe situada en el no menos bello pueblo de Peñalba de Santiago, perteneciente al municipio de Ponferrada, anclado literalmente en el pasado. Casas de piedra con balcones de madera más propias de Cantabria, calles y tejados de pizarra… De otro tiempo. Por aquí no pasaron ni los moros.¿Cómo es posible que haya llegado todo esto hasta nuestros días a tan solo 23 kilómetros de Ponferrada? La respuesta llega al pasar San Esteban de Valdueza y, sobre todo, a partir de Valdefrancos. La carretera no es medieval, es peor; curvas al abismo sin quitamiedos, tramos por donde no cabe un coche, asfalto en mal estado… Todo lo que escribió Pascual Madoz “… Allá un desfiladero peligroso del cual se desprenden continuamente peñascos; acullá un horroroso precipicio cuya vista espanta; luego una plácida pradera esmaltada de flores y cubierta de árboles frutales; y el todo encerrado entre las cumbres Aquilinas y las sierras que de ellas se desprenden” a mediados del siglo XIX sigue igual en el siglo XXI.Aquí no llegan los víveres y todos los que viven en él tienen que traerse su propia comida; de ahí que el único restaurante del pueblo resulte caro para un pueblo tan pequeño. Ponferrada, a 23 kilómetros, está a una hora y es casi inaccesible para vehículos medianamente grandes: con un Renault Laguna del 2008 vas pegado a la pared y el otro lado sobre el abismo.Increíble pueblo e increíble iglesia, tan auténticos y sorprendentes que parecen irreales. Pero no merece la pena jugarse literalmente la vida para llegar hasta allí. Vergonzoso. Un disparate.
El valle del silencio nos quitó la palabra por su belleza. El otoño seguro que ayudó, y el encanto que tiene el pueblo de Peñalba de Santiago también. Sin duda para mi es una parada obligatoria para quien vaya al Bierzo y alrededores, de acceso complicado eso sí. Me plantearía alojarme ahí ya que está un poco lejos de todo, salvo que sea para hacer rutas por la zona. Rutas por cierto que me las guardo para hacerlas en el futuro, deben ser espectaculares, como la Tebaida Berciana.
El pueblo de Peñalba de Santiago, que es uno de los conjuntos de arquitectura tradicional más importante de la provincia de León, guarda en su interior una de las Joyas arquitectónicas en forma de una iglesia mozárabe del siglo XII, que es bastante desconocida, fundamentalmente gracias a la Diputación de león que la mantiene casi aislada a base de tener abandonada la carretera de acceso. Recomiedo vívamente su visita pero advierto que hay que armarse de paciencia, son "solo" 14 kms. desde San Esteban de Valdueza, y menos de 20 desde la mismísima Ponferrada, pero hay que calcular que se tarda casi 40 minutos de viaje, (los últimos 12 kilómetros), eso si amenizado por la sensación de que te juegas la vida en cada curva, de una estrechísima carretera, (menos de 2 metros en algunos sitios).Y ya de ir, aprovechar para acercarse a Montes de Valdueza donde está el Monasterio de San Pedro de Montes, fundado en el siglo VII, que se encuentra en ruinas, con una gran historia que pasa por su destrucción por las tropas Sarracenas en el siglo VIII, varios incendios, de los que renació, crisis económicas que se remontaron y finalmente abandonado gracias a la gran idea de uno de los cerebros de político con menor visión que ha dado este país, el funesto Mendizabal.Hay una interesante visita guiada, (2 euros), en mi caso a cargo de una señorita encantadora que se entretuvo en enseñarme todas las dependencias, desde el insólito claustro orientado al Sur, a las dependencias abaciales, celdas, refectorio, cocina, bodegas, almacenes, incluso un curioso algibe donde se criaban anguilas y sanguijuelas, las primeras para consumo y las segundas para el suministro a la gran farmacia, que dispendía remedios y medicinas a los habitantes de la zona. Tienen hasta un viaducto para suministrar agua y como anecdota, saber que al abandonar el monasterio, los 28 monjes que quedaron, intentaron salvar la gran biblioteca cargando con todo lo que pudieron llevarse, dejando abandonados mas de 1.100 libros la mayoría incunables, algunos, afortunadamente se recuperaron para el museo de León.A pesar de las dificultades, una jornada maravillosa y con unos paisajes deslumbrantes.
La Iglesia de Peñalba de Santiago es una pequeña joya del arte mozárabe, que se encuentra en uno de los pueblos más bonitos y mejor conservados de España, situado a veintitantos kilómetros de Ponferrada, en los montes aquilanos, en pleno Valle del Silencio. Hasta allí llegaremos por una carretera estrecha y en algunos tramos peligrosa, pero la visita compensa sobradamente las molestias. En el pueblo hay un hotel rural con restaurante y una taberna con encanto en la que se puede picar algo. En puentes y fechas señaladas está muy lleno, y hay dificultades para aparcar, por lo que es interesante madrugar o programar la visita en periodos en los que no nos vayamos a encontrar con mucho jaleo.Es un lugar con sabor, en el que se conservan las típicas casas serranas. Casas de piedra, con madera en los balcones y tejados de pizarra, que se apiñan en torno a la iglesia, único resto de lo que fue un monasterio dedicado al apóstol Santiago, cuyas piedras sirvieron para construir buena parte de las construcciones de los alrededores.La Iglesia está perfectamente restaurada, se puede visitar (tan sólo es preciso aportar una propina), y destaca una puerta de acceso con un doble arco en herradura, sustentado por tres columnas de mármol, que están rematadas por capiteles mozárabes.El fundador, San Genadio, fue enterrado en el interior de la iglesia. También se puede visitar su cueva, para lo que hay que emplear media horita en una ruta cuesta arriba, en la que se dice que se retiró el santo a meditar. Allí encontraremos un pequeño altar con cartas y recuerdos que han dejado los caminantes.Los paisajes son maravillosos, y la visita os dejará sin duda un grato recuerdo.